Como a tantos, la crisis obligó a Alba Mariño a reiventarse, después de bastantes años trabajando en el ámbito del urbanismo. “Aquí no había futuro en mi sector, la opción era irme fuera o dar el paso de montar mi vida trabajando para mi”. Y eligió lo segundo, con una idea de negocio basada en una reflexión muy sencilla: “Me pregunté qué me apetecería hacer siempre, también si no tuviera que trabajar, y la respuesta fue: regalar cosas bonitas, y en eso centré Quenlla”, que ofrece objetos de decoración, bisutería y ropa infantil.
La tienda de Alba es un ejemplo de los nuevos negocios surgidos en torno al Mercado de Abastos de Santiago de Compostela, un espacio comercial y de ocio que conserva la esencia de estos puntos de encuentro de permanente vaivén, pero que respira nuevas tendencias y modos de ser. “Desde pequeña siempre me había encantado el ambiente del Mercado de Abastos, así que me instalé en un espacio de su exterior, que luego hemos ampliado”. Vende productos diferentes, hechos en España y Portugal con materiales de calidad, con diseño europeo.
Sin ser demasiado caros, sus artículos nadan en las antípodas de la producción masiva low cost, y muchas veces son creaciones de jóvenes artistas que se forman en Santiago: “cuando explico quién lo ha hecho y cómo lo ha hecho, entonces lo valoran y entienden el precio”.
Reconoce que algunas personas les parece osado el paso que dieron ella y su marido, que también respondió al desempleo montando una tienda de calzado no muy lejos de Quenlla. “Vosotros miráis al miedo a la cara”, es el comentario de una amiga, cuando piensa en ellos y en su hija de muy corta edad. Alba no duda del acierto: “tengo amigos que se ponen malos cuando llega el domingo por la tarde, pensando en que el lunes tienen que volver a trabajar, y yo muchas veces no sé si es miércoles o viernes, somos felices así, aunque trabajemos muchas horas”.
Las redes sociales y la venta on line son imprescindibles para Quenlla. Por ello trabajan intensamente en reactivar estos canales –la tienda electrónica y los perfiles de Facebook, Instagram y Twitter- que se vieron indirectamente afectados por una incidencia técnica sufrida por el proveedor tecnológico.
“Comenzamos la venta on line porque tanto nuestros clientes turistas como los de aquí nos preguntaban por ella, la necesitan para seguir comprando a distancia, o para ver la mercancía, su disponibilidad, características y precio, con la comodidad del pago on line… son un complemento que no resta de que vengan a la tienda física, todo lo contrario”. Pone como ejemplo los cruceristas de países como Rusia, que buscan objetos gallegos que se escapen del souvenir convencional y que luego quieren seguir comprando desde su país. “Es el modo que tengo de fidelizarlos, es nuestra mejor visibilidad y nuestro mejor boca a boca, también para los de aquí”.
FICHA:
FACEBOOK: https://www.facebook.com/quenllacompostela/?fref=ts
INSTAGRAM: https://www.instagram.com/quenllascq/